martes, 21 de octubre de 2008
Con toda la jornada del sábado ya resuelta, o lo que es lo mismo, conociendo los resultados de sus principales rivales por el título, el Manchester United no podía dejarse nada en la visita del West Bromwich a Old Trafford. Obligado a ganar para no quedarse en el camino que intenta recuperar tras algunas dudas en el arranque de la campaña, los de Ferguson iban a terminar goleando a un rival que se cayó por el peso de la lógica, la que termina castigando a quien no quiere saber nada de la pelota.
El actual campeón inglés tuvo el completo manejo de la situación durante todo el partido y aunque es cierto que en la primera mitad prácticamente no llegó con claridad, pudo haber sido suficiente. Dos disparos de falta de Cristiano Ronaldo, un remate de Berbatov y los movimientos de un Rooney de nuevo en estado de gracia y con gol, aunque se le anularan con muchas polémicas. dejaron ciertos interrogantes sobre la resistencia de Carson y su deficiente pero hiper-poblada defensa.
En la reanudación todo fue muchísimo más lógico y previsible porque el United encontró puerta y terminó arrollando con velocidad y pegada. Rooney, con ayuda del búlgaro, colocaron el primero de la tarde con un disparo a la derecha del portero de un West Brom donde fue titular, una vez más, el español Borja Valero. Ese tanto fue el detonante para que la facilidad guiara a los ‘red devils’.
Un centro del propio Rooney, el más activo, dejó en bandeja el segundo para que Cristiano rematara con placer y seguir su progresión en busca de recuperar su mejor versión. Una entrada de Nani por banda cuando acababa de sustituir a Park, fue el detonante del tercero obra de Berbatov, aunque el propio portugués iba a encontrar puerta en el descuento para cerrar la tarde-noche.
Partido fácil para los de Ferguson, que más allá de haber dado minutos a jugadores no habituales entre los que se encontraba el lateral brasileño Rafael, sigue su particular escalada a la zona noble. Eso sí, aún está un escalón por debajo de sus rivales pero con un partido menos que le da más opciones.
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