sábado, 13 de diciembre de 2008
Manchester United-Sunderland (1-0).
El fútbol tiene esas cosas que puede enfrentar a dos equipos con realidades absolutamente dispares y resolver el resultado recién en la última jugada del partido.
El Manchester imperialista llegaba al encuentro frente al Sunderland con la victoria ante el Blackburn en la Carling Cup en las espaldas, con un técnico que hoy podía cumplir las 500 victorias en la Premier League y con un equipo absolutamente poderoso.
Mientras, del otro lado se ubicaba un conjunto que perdió a su entrenador sorpresivamente en la mitad de la semana. Diezmado por los pésimos resultados obtenidos en las últimas jornadas y navegando en los últimos lugares de la clasificación.
Aún así, el duelo se definió en tiempo de descuento. El Manchester United no encontró durante casi todo el juego la fórmula para derrotar al pobre Sunderland.
La primera jugada de peligro llegó a los 14 minutos. Cristiano Ronaldo amagó a disparar un tiro libre y abrió el balón hacia Wayne Rooney quien remató un poco desviado, pero Berbatov le corrigió el rumbo y obligó al portero Fulop a intervenir.
El búlgaro tuvo su segunda oportunidad a falta de 15 minutos, cuando recibió un centro de Carrick y no pudo llegar a acomodar la cabeza para enviar el balón al segundo palo. Se fue apenas desviado y todo parecía que finalizaría en igualdad.
Pero cuando los puntas no convierten, lo tendrá que hacer el resto del equipo. Apenas se habían cumplido los 90 minutos, Michael Carrick ejecutó un disparo directo al palo y el rebote quedó en los pies del defensa Nemanja Vidic que no tuvo más que hacer que empujarlo hacia la red y desatar la euforia en el Old Trafford.
Ganó el Manchester y se mantiene de pie. Le costó demasiado, pero los tres puntos quedaron en casa.
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